Guía para componer
¿Quieres componer tus propios temas pero no sabes cómo empezar? No te preocupes.
Componer temas no es cuestión de brujería ni tampoco es un don divino.
Componer temas no es cuestión de brujería ni tampoco es un don divino.

A los compositores les gusta dar la impresión de que el suyo es un oficio misterioso, que implica la brujería o que es algo así como un don divino.
Si, quizás en una de cada mil canciones sea cierto.
Si, quizás en una de cada mil canciones sea cierto.
Pero en la mayoría de los casos, como en cualquier otra cosa, no es ningún misterio.
En esta guía están recopilados unos cuantos trucos para ayudarte.
Lo primero que debes recordar es que todas las canciones tienen ritmo, melodía, letra, métrica, tempo y tonalidad.
Sobre eso puedes añadir una intro, un solo e incluso algún contrapunto armónico.
Hay atajos y trucos prácticos para cada uno de esos componentes…
Melodía
Esencialmente, la melodía es una secuencia de notas en un orden único.
Bueno, igual que un número de teléfono cuando lo marcas en un teléfono con botonera.
Memoriza una serie de sonidos de por ejemplo 9 dígitos, divídela en fragmentos de 3 y el resto de la melodía serán inversiones de esta primera línea.
Bueno, igual que un número de teléfono cuando lo marcas en un teléfono con botonera.
Memoriza una serie de sonidos de por ejemplo 9 dígitos, divídela en fragmentos de 3 y el resto de la melodía serán inversiones de esta primera línea.
Ritmo
Tienes muchos estilos para elegir, todos ellos listados en el menú de ese viejo órgano musical que tienes en casa: salsa, disco, reggae, pop, etc.
Lo más probable es que vayas a lo seguro y elijas “Rock clásico”. Segurísimo.
Pero recuerda que los buenos ritmos también pueden nacer de mantener una actitud abierta.
De los golpes del mazo de los que picaban piedra en las cárceles del sur profundo de Estados Unidos surgió la transformación del espiritual negro en blues, y del sonido del metro surgió la inspiración del five talkin´ de los Bee Gees.
Lo más probable es que vayas a lo seguro y elijas “Rock clásico”. Segurísimo.
Pero recuerda que los buenos ritmos también pueden nacer de mantener una actitud abierta.
De los golpes del mazo de los que picaban piedra en las cárceles del sur profundo de Estados Unidos surgió la transformación del espiritual negro en blues, y del sonido del metro surgió la inspiración del five talkin´ de los Bee Gees.
Los ritmos nos rodean en nuestra vida diaria.
Así que sal a la calle y escucha el tráfico.
Y los ritmos son, de hecho, sorpresivamente adaptables.
Escucha el riff que incorpora el ritmo de “Superstition” de Stevie Wonder y luego “Trampled underfoot” de Led Zeppelin.
Bastante similares, ¿no? Así que antes de empezar deja atrás el esnobismo que puedas tener sobre los géneros musicales.
